viernes, 26 de agosto de 2016

PENSAMIENTO CRÍTICO


10 estrategias para desarrollar el PENSAMIENTO CRITICO, un componente fundamental para ayudar a los niños en su capacidad de reflexión y entendimiento.
¿Por qué conformarnos sólo con lo que nos dicen? ¿Existen otras alternativas y opiniones? Debemos como adultos desarrollar el pensamiento crítico y el debatir en cada niño.
En un mundo ideal, el pensamiento crítico de las niñas y los niños sería una parte desarrollada integralmente desde el principio hasta el final de la escolarización, independientemente de la materia; realmente, esto no sucede así.

1. Preguntas, preguntas, preguntas.
Cuestionar adecuadamente es el núcleo del pensamiento crítico: se fomenta la curiosidad animando al alumnado a hacer preguntas. En Educación Primaria debemos enseñar a las niñas y a los niños a hacer preguntas que conduzcan al conocimiento, aprendizaje, compresión y comunicación, intentando reconducir las preguntas insuficientes o ineficaces en la dirección adecuada.
2. Comience con una pregunta "provocadora", polémica...
El debate ya será un desafío.
3. Proporcionar apoyos para la conversación
No dejes de apoyar las intervenciones con guías, tipo "estoy de acuerdo en esto" o "estoy en desacuerdo en esto"; también, "¿puedes aclarar lo que entiendes por ___?"
4. Modelar nuestras expectativas y/de acuerdo a sus intervenciones
Haz demostraciones y ejemplos sobre cómo entrar en un debate, establecer diferencias, estructurar la intervención, cómo disertar, cómo hacer resúmenes analíticos y, también, cómo guardar las formas y el (mero y puro) civismo, diferenciando las personas de las ideas.
5. Controversias constructivas
Los debates suelen formarse porque hay perspectivas diferentes en las aulas y, precisamente, suelen acabar en el caos más absoluto. No debemos olvidar recordarles que el desacuerdo no puede basarse en opiniones personales o sentimientos, sino que debe apoyarse en datos y en argumentos (y lo olvides tú, claro...)
6. Ayudarles a elegir los contenidos relevantes
7. Debate socrático
Limitándose a la observación y, en todo caso, a la mediación.
8. Evaluación
Necesitaríamos una ventana a sus procesos de pensamiento, que no tenemos. Los ensayos, los discursos pueden servirnos para observar las habilidades del alumnado y trazar una línea de progreso que, por tanto, nos da más bien una evaluación cualitativa y no tanto cuantitativa.
9. Estudiantes evaluándose mutuamente
Para esto hay que facilitarles un modelo para poder realizarlo. No siempre a los niños/ adolescentes les resulta fácil hacerlo, pero con una guía y apoyo pueden lograr autoevaluar su criterio y objetividad.
10. Un paso atrás
Puede ser difícil soltar las riendas y dejar que los y las estudiantes dispongan de cotas cada vez más altas de libertad; obviamente, no lo podrás (ni lo podrán) hacer de un día para otro, pero la incómoda autonomía también dará nuevas direcciones de trabajo, más "relevantes" para ambas partes y, por ello, más fáciles de continuar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario